Libona Vdes per Florin
Numri i postimeve : 7095 Age : 31 Vendndodhja : En qualquier pais donde lo encuentro mi prinicipe y mis favoritos..En lugar da haditas! Kenget e preferuara te Floricientes? : Un enorme dragon,Te siento,Hay un cuento,Porque,Mi vestido azul,Chaval Chulito,1.2.3,y todas... Disponimi i pergjithshem : alegra y triste Registration date : 13/09/2008
| Titulli: “La noche es nuestro momento de plenitud” Thu Oct 15, 2009 9:00 pm | |
| “La noche es nuestro momento de plenitud”
Florencia Bertotti Hace cuatro años –luego de protagonizar el éxito televisivo Floricienta– decidió alejarse del medio. Durante ese período se casó con Guido Kazca y fue mamá de Romeo. Ahora regresó a la televisión con Niní, la tira que produce junto a su marido y Endemol. En esta nota habla del porqué de su ausencia de la pantalla, de su hijo y de su pareja.
Valeria Marquesi, Floricienta. Y ahora, Niní. Esencialmente ella es siempre la misma –la chica de gran corazón, auténtica y querible por todos–, pero con distinto nombre. Estoy cara a cara entrevistándola y me cuesta separar a la verdadera Florencia Bertotti (26) del personaje. Comienza la charla y uno se encuentra con el mismo hablar acelerado, la mirada franca y esa sonrisa de oreja a oreja de cada una de las chicas que ella interpretó en la ficción. “Soy siempre la misma: mi voz nunca cambia, sonrío así y puchereo de la misma forma cuando tengo que llorar. Es inevitable que vean en mí a cada uno de los personajes que hago”, se justifica. Niní –Nina Gómez–, su nuevo papel protagónico (la tira diaria sale al aire desde el lunes, a las 18, por Telefe) promete no ser la excepción y tener también bastante de “la Florencia Bertotti original”. “Niní vive subestimándose, se siente menos que el resto de la humanidad. No es la típica heroína que va al frente, sino que se va imponiendo trabas. Pero es simple, honesta, de gran corazón y todos la quieren. Vive con su abuelo jardinero en una embajada”, cuenta con una pasión incontenible.
A diferencia de tus trabajos anteriores, esta vez vos creaste el personaje y escribiste la historia. ¿Cómo fue la experiencia? En realidad, empezamos a pensarla con Guido (Kazca, su marido desde diciembre de 2006) cuando estaba embarazada de Romeo. Estábamos en pleno idilio con mi panza y yo no podía hacer otra cosa que escribir. De a poco fuimos pensando cuál queríamos que fuera el mensaje que queríamos transmitir con Niní y comenzamos a delinear la historia de cada personaje. A Guido se le ocurrió la idea de que Niní aprovechara una confusión y se hiciera pasar por Nicolás, el nuevo chofer del embajador, para –a través de él– descubrir que no siempre las cosas salen mal. Después nos juntamos con Gabriela Fiore y Jorge Chernov, los guionistas, quienes terminaron por darle forma a la historia.
Debe ser todo un desafío para vos interpretar un personaje masculino. Lo fui armando de a poco. El público va a notar la transición de Niní a Nicolás. Porque al principio se le escapa lo femenino. Con una peluca graciosa, la voz rasposa y una postura diferente al caminar, lo voy logrando.
LAS 24 HORAS EN FAMILIA. Unos pocos pasos separan el camarín de Florencia de la oficina de Guido. Se conocieron trabajando en Verano del ´98, se casaron hace casi tres años y en julio de 2008 tuvieron a Romeo. Ahora son socios como productores ejecutivos de Niní –para ella es su primera vez; él tiene más experiencia por El último pasajero –.
Trabajar con Guido, ¿dificulta la relación de pareja? Nos conocimos trabajando, así que de alguna manera ya habíamos pasado por esto de estar todo el día juntos. Entonces, para nosotros es muy natural. Algunas cosas me interesan a mí, otras a él, entonces nos complementamos muy bien. Es el equilibrio justo. Además nos respetamos tanto y nos llevamos tan bien que no nos molesta vernos todo el tiempo. Para mí es un placer y un alivio estar acá con él –y con Romeo, porque lo traigo todos los días– porque si estuviéramos trabajando en lugares diferentes no nos veríamos nunca. La verdad, nos entendemos muy bien y compartimos todas las decisiones. Este proyecto es como un hijo más: lo cuidamos, mimamos y vigilamos para que nada salga mal.
Eso suena a que los dos son muy exigentes. Sí, es cierto. A lo mejor estoy mirando una escena y digo “repítamosla porque puede salir mejor”. Estamos muy encima de esto, pero lo disfrutamos mucho. No podríamos hacerlo de otra manera.
¿Son de llevar los problemas del trabajo a casa? Si es necesario, hablamos del tema, pero no es algo cargoso. Disfrutamos tanto lo que hacemos que no nos molesta hablar de las cuestiones de la productora también en casa.
¿Y cómo te organizás con Romeo en el estudio? Dos semanas antes de arrancar las grabaciones, lloraba y le decía a Guido que no iba a poder dejarlo para ir a trabajar, que tenía miedo de separarme de él. Pensá que hasta los diez meses de Romeo estuvimos día y noche, pegados. Mi mamá no se cansaba de repetirme que la mayoría de las mujeres debe dejar a su bebé a los tres meses, cuando se le acaba la licencia, para volver a trabajar. Pero a mí me costaba entenderlo. Ahora tengo todo organizado. Me traen a Romeo al mediodía, y se queda jugando o durmiendo en el camarín mientras grabo escenas. A él le encanta estar acá, se mete en la sala de maquillaje y abre los cajones, va y viene por todos lados. Quiero que sienta que mi lugar de trabajo también le pertenece. Si no pudiera hacer esto, sufriría horrores porque serían demasiadas horas sin verlo.
¿Guido es un papá que se hace cargo? Sí, todo el tiempo. Cambia pañales y cuando me tenía que despertar a la noche para darle la teta, él se levantaba de la cama para después dormirlo. La noche, en casa, es nuestro momento de plenitud. A las ocho y media le damos de comer, después nos tiramos en el piso a jugar, cantamos las canciones de Adriana y a las nueve y media nos bañamos los tres. El baño dura unas dos horas porque ahí con Guido montamos un show. Finalmente, lo acostamos a dormir. Somos felices y quisiéramos tener muchos hijos. Así que supongo que vamos a tener más.
Guido y vos comenzaron a trabajar en la tele desde chicos, ¿dejarías que Romeo hiciera lo mismo? No sé. Yo empecé a los 12 y Guido, a los 4 años. Empezamos de chicos pero seguimos en lo mismo. Evidentemente ya nos gustaba la tele. Pero no sé si de tan chiquito permitiría que trabajara en la tele, que tuviera una responsabilidad. Al menos, no se lo fomentaría. Preferiría que se dedicara a otra cosa, y, si el día de mañana quiere trabajar en la tele, que lo haga. Quiero que sea feliz, que le guste lo que haga y que se sienta pleno.
VOLVER AL RUEDO. Después de casi cuatro años, Florencia vuelve a la pantalla chica con otra tira que promete repetir el éxito de Floricienta.
¿Cómo se hace para pasar del éxito total, de estar en todos lados, a desaparecer por completo durante cuatro años? Fue una decisión. Me encanta comunicar lo que hago mientras estoy trabajando. Puedo compartir la felicidad de casarme y de tener un hijo, pero no uso la exposición de manera permanente.
¿Estás preparada para soportar otro éxito como el de Floricienta? Era como Droopy, estaba en todos lados (se ríe). Pero lo disfruté, no lo viví como una carga, sino todo lo contrario. Si el éxito me hubiera saturado, no volvería a ser la protagonista de una tira para chicos. La verdad es que me siento muy cómoda con el género.
¿Cómo vas a hacer para que los chicos se olviden de Floricienta y adopten tu nuevo personaje? Va a tener que hacer un trabajo de a dos. No dependerá sólo de mí sino de que ellos decidan despegarse de Floricienta. Por mucho tiempo, varios me decían que seguían viendo a Valeria Marquesi cuando yo interpretaba a Floricienta. Si alguien quiere encontrar la similitud, lo va a lograr porque yo soy siempre la misma. Floricienta tenía muchas cosas de mí, como todos mis personajes. Creo que no va a ser lo mismo porque es otra historia, otro proyecto y otra etapa. Niní es un cuento diferente. Pero si los chicos me siguen viendo como Floricienta, está perfecto. No me preocupa.
Decís que estás cómoda en el rol de protagonista de tiras infantiles, ¿no le tenés miedo al encasillamiento? No. Cuando terminé Son amores me aconsejaron que hiciera un unitario. Pero lo pensé y la verdad, no me divertía. Me ofrecieron hacer teatro “serio” y tampoco me entusiasmó. En cambio, la propuesta de Cris Morena, de bailar, cantar y hacer también teatro, me cerró. No le tengo miedo al encasillamiento. Tengo sólo 26 años y un montón de cosas por delante. Entonces, lo importante es disfrutar.
Y después de Niní, ¿tienen algún otro proyecto con Guido? Vamos a ir a de poco. El día de mañana, si nos enamoramos de otra propuesta, creo que se nos va a dar naturalmente. Por el momento, estoy entusiasmada con el proyecto de filmar una película a fin de año con Adrián Suar. Me encanta porque el cine es otro ritmo. Está buenísimo. Me dan ganas. Fecha: 15/09/09
Textos Daniela Fajardo Fotos Fernando Venegas
flm:FBI..
mfalni nuk mujta me perkthy.. | |
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